Una de mis especializaciones profesionales es la fertilidad natural, por lo que atiendo a muchas mujeres en consulta que tienen dificultades para quedar embarazadas o simplemente quieren preparar su cuerpo para concebir de la manera más saludable posible. En este sentido, uno de los puntos importantes durante mi terapia de fertilidad natural es la desintoxicación del organismo y evitar tóxicos habituales en nuestro día a día. Es uno de los aspectos de la terapia que más sorprende a mis pacientes ya que toman conciencia de la importancia que tienen ciertos tóxicos muy comunes para nuestra salud hormonal y por lo tanto para nuestra fertilidad.

¿Que tóxicos interfieren con nuestra fertilidad?

Por desgracia cada día aumenta más y más la lista de sustancias tóxicas aceptadas en nuestra sociedad, a la vez que no dejan de surgir estudios que alertan sobre los efectos negativos que todos estos químicos representan para nuestra salud, ya que están presentes en nuestra vida de forma masiva e indiscriminada.

Cabe explicar en este punto, que muchas de estas sustancias no son peligrosas en pequeñas dosis, pero si cuando sufrimos una exposición continua y acumulativa que es lo que está ocurriendo. Es decir, la cantidad de tóxicos presentes en una crema de manos (por ejemplo), no supondría un peligro real por si misma, pero sumada a los tóxicos de los cosméticos, productos de limpieza, alimentos, aditivos, contaminación, etc. es cuando se produce el problema real.

  • Tóxicos cosméticos. Encontramos gran cantidad de sustancias químicas en los cosméticos femeninos. Cremas faciales, corporales, mascarillas, tintes de pelo, esmaltes de uñas, barras de labios, perfumes y maquillajes están repletos de químicos que al acumularse causan toxicidad en nuestro organismo y muy posiblemente alteraciones hormonales. Sobre todo el Butilhidroxianisol (BHA) y el Hidroxitolueno Butilhidroxianisol (BHT) son especialmente peligrosos, se utilizan como antioxidantes y conservantes y se han relacionado con cáncer, infertilidad y problemas en el desarrollo del embrión.
  • Aditivos alimentarios tóxicos. Los aditivos alimentarios son todas aquellas sustancias químicas añadidas artificialmente a los alimentos con intenciones muy diversas. Colorantes, antioxidantes, antiapelmazantes, saborizantes, conservantes… todos forman parte del grupo de aditivos alimentarios y la lista oficial actual ronda las 2000 sustancias permitidas por la Unión Europea. De estas, muchas están catalogadas como inocuas, otras como no tóxicas y otras con cierto nivel de peligrosidad en determinadas circunstancias. La controversia en este tema está servida, ya que muchos aditivos son perfectamente evitables, como los colorantes que se utilizan sobre todo en alimentos destinados al público infantil y además la mayoría de los estudios realizados sobre estos aditivos alimentarios están patrocinados y controlados por la propia industria alimentaria que tiene interés en utilizarlos. Teniendo en cuenta que comemos a diario y varias veces al día, es lógico pensar que la exposición a estos aditivos de forma continua a diario produce algún efecto en nosotros, aumentando nuestra toxicidad, entorpeciendo el funcionamiento de nuestros emuntorios (órganos de eliminación, filtros) y afectando en mayor medida cuanto más descuidada es nuestra alimentación y más enfermedad o debilidad sufrimos.
  • Metales pesados. Este grupo de tóxicos puede resultar altamente peligroso en determinadas circunstancias de salud. Cada vez se encuentran niveles más altos de Plomo, Arsénico, Niquel, Mercurio, Cadmio, Cobre y Aluminio en más personas y esto es por la contaminación del mar y en consecuencia del pescado, por el uso de metales pesados como fertilizantes y pesticidas en la agricultura intensiva, la contaminación del aire, algunos aditivos cosméticos, conservantes farmacológicos, empastes (amalgamas) metálicos, etc. El problema es que de todos los tóxicos a los que nos exponemos, los metales pesados son los más difíciles de eliminar, ya que se acumulan en los tejidos del organismo y pueden permanecer ahí, acumulándose de por vida si no se toman medidas específicas desintoxicantes. Dependiendo del tejido en que se acumulen pueden producir unos u otros problemas, desde jaquecas, hasta Infertilidad o problemas emocionales.
  • Disruptores endocrinos o interruptores hormonales son todas aquellas sustancias químicas que son capaces de alterar nuestro equilibrio y buen funcionamiento hormonal. Sobre todo encontramos estos disruptores en los plásticos, que como sabemos están presentes en caso todo lo que nos rodea desde la infancia, ya sean productos de cocina, juguetes, envases, pinturas, … Estos disruptores son similares a nuestras hormonas sexuales y confunden a nuestro sistema de regulación endocrino natural, sobre todo con respecto a los estrógenos que cumple un papel fundamental en nuestro desarrollo sexual, ciclo menstrual y fertilidad. Los peores disruptores endocrinos son el Bisfenol A, las Dioxinas, los Ftalatos o el Perclorato.
  • Contaminación del aire y agua. He querido hacer este apartado independiente para hablar de la importancia de la calidad del agua y aire para reducir nuestra toxicidad porque a veces no somos conscientes del nivel de exposición a tóxicos que estamos expuestos. Ya sabemos que la contaminación del aire de ciudades como Madrid es responsable de multitud de trastornos de salud, como por ejemplo el asma. También disponemos de multitud de estudios que nos alertan sobre niveles insalubres de metales pesados, cloro o flúor en la misma agua de Madrid, a pesar de contradictoriamente ser famosa por su altísima calidad, pero recuerda que la calidad del agua natural contenida en una presa, nada tiene que ver con el agua que sale por tu grifo después de un largo viaje y tratamiento.
  • Tóxicos en productos de limpieza. Aquí la exposición quiza no sea tan continuada si no nos dedicamos a trabajos de limpieza profesionalmente, pero si que se permiten niveles más altos de toxicidad y tóxicos más agresivos en estas sustancias.

Cómo vemos, bien por exposición continua como por exposición puntual pero alta, vivimos rodeados de altos niveles de contaminación y toxicidad, lo que afecta directamente a la calidad del esperma en hombres, óvulos en mujeres, ritmos circadiano a y equilibrio hormonal en general. Podemos tomar muchas medidas para evitar en la medida de lo posible este problema, por ejemplo elegir alimentos no procesados con el ánimo de evitar los aditivos, o utilizar un maquillaje ecológico, pero además de evitar los tóxicos es interesante eliminar los tóxicos ya acumulados y estudiar cada caso teniendo en cuenta el resto de síntomas y problemas de salud; solo así, con una terapia integral podremos recuperar la fertilidad natural y facilitar el embarazo.

Si tienes problemas de infertilidad, desequilibrios hormonales o deseas preparar tu cuerpo para que la concepción surja de manera natural y saludable, reserva una cita en mi consulta de Madrid para estudiar tu caso y elaborar un plan que te ayude a conseguir tu embarazo.

Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
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