Estamos expuestos a miles de estímulos cada día. Muchos de ellos llegan a nosotros sin que ni siquiera nos demos cuenta.Por eso, hoy más que nunca descansar a diario y varias veces al día es tan necesario. Pero no me refiero sólo a dormir, sino a descansar conscientemente nuestra mente, cuerpo y emociones a lo largo del día. En cambio, a estas alturas de nuestra vida y desarrollo social, donde reina el estrés y el “acolchamiento” mental, aún se considera un lujo el descansar. No amigos, descansar no es un lujo, ni siquiera es una opción, es una NECESIDAD biológica tan importante como comer, hacer pis o mover nuestros músculos, y de hecho es un factor determinante para nuestra salud física y emocional.

Cuando pregunto en consulta a alguien por qué no descansa, la respuesta suele ser “porque no tengo tiempo”, pero la mayoría de las veces ese no es el verdadero problema.

¿Qué pasa cuando no descansas?

Podríamos resumirlo en que pierdes el norte y te conviertes en una mala versión de ti misma. En realidad son muchas cosas las que te pasan: que tu energía vital se agota, que no piensas con claridad, que estás más irritable, tus relaciones y tu rendimiento empeora, te vuelves torpe, tu respiración es mala, no comes bien, duermes peor, tu sistema hormonal se debilita, tu sangre se acidifica por falta de oxígeno, tus necesidades de vitaminas y oligoelementos aumentan y tu envejecimiento celular se acelera.

Por todo esto, estamos diseñados para descansar.

Y tú ¿cómo descansas?

Piénsalo ahora, pero de verdad, dedica los próximos 20 segundos a imaginarte descansando. Si pudieras, ¿cómo descansarías ahora mismo?.

Cuando formulo esta misma pregunta a las personas que asisten conmigo a terapia, tengo respuestas cada vez menos varias… ¿te imaginas cual es la respuesta estrella? Efectivamente: “ahora mismo me tumbaría en el sofá, con una cervecita a ver un capítulo de mi serie favorita”. Otras versiones en el TOP TEN del descanso son: “jugar una partidita a la Play”, “echarme el tinte porque vaya raíces que tengo” o “ponerme al día con los colegas en Facebook”. Si piensas que esto es descansar, ya tienes tu respuesta: no sabes descansar y tienes un problema.

Ver la tele no es descansar, sino cambiar de actividad. Aunque cambiar de actividad es también necesario no tiene nada que ver con el descanso ideal ni con darle a tu cuerpo lo que necesita cuando estás cansado.

Descansar de verdad, descansar a conciencia

Lo más parecido a un descanso ideal es no hacer nada. Ni leer, ni aprovechar para llamar a tu madre, ni planificar tus vacaciones ni ver la tele. Nada. Sólo respirar, relajar los músculos y centrar tu foco mental y emocional en ese preciso instante, ni en el pasado ni en el futuro más inmediato.

Saber hacer algo tan básico y necesario como esto es fundamental en la vida, y no hay excusas para no hacerlo. ¿Te imaginas diciendo “hoy no he hecho pis porque no he tenido tiempo”? Pues igual descansar es igual de vital que vaciar tu vejiga. Es cierto que los niños, el trabajo, la casa, la pareja, las amistades, el gimnasio y la familia sobrecargan nuestros días hasta el punto que nos cuesta mucho decidir cual es un buen momento para descansar, pero aún así debemos tomar conciencia de que tenemos que hacerlo.

Lo que puedes hacer para descansar mejor:

  • Aprende a reconocer cuando necesitas un descanso
  • Aunque no te sientas cansando, coloca en tu día varios minutos de descanso estratégico a lo largo de tu día.
  • Esfuérzate por no hacer nada durante tu tiempo de descanso.
  • Si te cuesta “no hacer nada”, elige un lugar sin estímulos, sin móvil, ni tele ni gente y céntrate en tu respiración.
  • Si sientes vergüenza por descansar, piénsalo de nuevo.
  • Si sientes que estás perdiendo el tiempo, relee este artículo.
  • Comienza a descansar de verdad fijando tiempos cortos. Descansar 5 minutos 2 veces al día será una buena manera de que fijes el hábito.

 

Si aún así tienes dificultad con parar el “centrifugado cerebral”, no puedes parar de planificar, descansar te genera cargo de conciencia y por más que descansas te sientes siempre agotado, es señal de que necesitas ayuda. Yo puedo enseñarte a descansar, evaluar si tuvieses alguna carencia de vitaminas o minerales, estudiar tu caso y tus circunstancias especiales para adecuar tu alimentación y tus hábitos y acompañarte en el cambio necesario para que recuperes el control y el bienestar.

Pregúntame lo que necesites desde mi formulario de contacto, llámame o reserva una consulta en mi despacho de San Bernardo (Madrid) para comenzar a trabajar en ti cuanto antes.

Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
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