La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son dos enfermedades inflamatorias de causa “desconocida” y de carácter autoinmune. Que sean de carácter autoinmune quiere decir que surgen como resultado de un desequilibrio en el sistema inmunológico que se “confunde” y ataca al propio organismo, en este caso a los intestinos produciendo inflamación, úlceras y erosión de la mucosa.

La enfermedad de Cronh surge en el intestino delgado, donde se une con el intestino grueso y y la colitis ulcerosa afecta solo al intestino grueso, casi siempre al colon (la parte más baja del intestino grueso).

Ambas enfermedades intestinales producen dolor y calambres abdominales, pérdida de peso, pérdida de apetito y debilidad. La colitis ulcerosa suele provocar además diarrea con sangre y la enfermedad de Crohn suele dar fiebre.
El síndrome de colon irritable tiene síntomas parecidos a la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pero no muestra problemas morfológicas o metabólicas que justifiquen los síntomas. Es decir, aparentemente no existe inflamación, pero si alteraciones de motilidad que produce estreñimiento y diarrea indistintamente y un exceso de gases e hinchazón abdominal.  La causa de este trastorno parece ser psicológica y psicosomática, aunque las alteraciones hormonales también influyen en mujeres.
Estos 3 trastornos tienen en común varios síntomas, y además estos también son parecidos a los síntomas de una infección por parásitos, por virus o por hongos, lo que muchas veces dificulta el diagnóstico concreto del problema:

  • pérdida de apetito
  • nauseas o vómitos
  • dolor abdominal tipo cólico o punzadas
  • diarreas
  • gases
  • debilidad digestiva, todo parece “sentar mal”
  • debilidad general del organismo por la malnutrición

El tratamiento integral de todos estos trastornos se basa en discernir las causas del problema, ya sean causas inflamatorias autoinmunes, infecciosas o nerviosas. En mi caso, una vez esclarecidas las causas elaboro una terapia personalizada y ayudo al paciente a llevarla a cabo, que casi siempre suele ser lo más complicado. De nada sirve dar unas “instrucciones” sin acompañar en el proceso, porque la mayoría las personas encuentran dificultad precisamente ahí, en la realización de los cambios:

  • Mejora nutricional para asegurar la ingesta suficiente de nutrientes sustituyendo a la vez los alimentos problemáticos e irritantes por otros más apropiados. Además, con la nutrición se facilita la regeneración de la mucosa y podemos recuperar la microbiota (flora intestinal)
  • Cambio de hábitos, mejorando el descanso, la calidad del sueño, el ejercicio físico, la forma de cocinar, los métodos de higiene, etc.
  • Manejo del estrés, ya que es una de la causas principales del síndrome de colon irritable y uno de los desencadenantes más frecuentes de las crisis de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
  • Suplementación adecuada. En cada caso las causas son muy diferentes y las circunstancias nutricionales también suelen serlo, por eso no se debería administrar los mismos suplementos por protocolo a todo el mundo; debemos elegir los mejores suplementos para cada caso, no solo para minimizar los síntomas, sino también para espaciar las crisis y trata el problema de base (por ejemplo el desequilibrio del sistema inmunológico).

Si tienes problemas digestivos y/o intestinales, además de los síntomas propios de tu trastorno, seguramente sientas desesperación y un malestar general que te impide hacer vida normal y afecta a todos los niveles de tu vida, por eso necesitas una terapia integral que te ayude a recuperar tu calidad de vida y te acompañe en cada fase del proceso.
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Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
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