Comer mejor, adelgazar, acostarme antes, leer más, hacer ejercicio, cuidarme, reducir el estrés, dejar de fumar… ¿te suenan estos propósitos? Son algunos de los más frecuentes en esta época del año, cuando terminan las vacaciones y comenzamos el nuevo curso con energía renovada y un montón de buenas intenciones en mente. ¿Pero qué pasa después de unas semanas? ¿Por qué tus propósitos se desvanecen y no logras tus objetivos aunque lo intentes año tras año?.

Lo cierto es que la mayoría de los retos que nos planteamos al comienzo de curso no resisten ni siquiera los 2 primeros meses de rutina creándonos cierta sensación de fracaso y haciéndonos creer equivocadamente que no tenemos fuerza de voluntad, pero en realidad no deberíamos sentirnos tan culpables porque esto es totalmente normal según nuestra psique y nuestra manera de «funcionar». La mayoría de los propósitos que nos hacemos en realidad son CAMBIOS de hábitos, y si algo nos cuesta a los seres humanos es cambiar hábitos precisamente, así que si queremos hacer las cosas en condiciones y conseguir resultados, a la hora de plantearnos realizar cambios en nuestra vida debemos plantearnos como mínimo estas 4 preguntas:

¿Este cambio es prioritario e importante AHORA en mi vida?

Esta pregunta es clave, porque si lo pensamos de nuevo nos daremos cuenta de que muchos propósitos no son realistas y no se ajustan a nuestra necesidad. Por ejemplo, si nos proponemos ir al gimnasio pero tenemos un bloqueo emocional o una baja autoestima que nos lo impide, seguramente ir al gimnasio sea algo secundario y muy complicado en este momento. Por lo tanto debemos ser realistas y priorizar correctamente nuestros propósitos. Siguiendo con el ejemplo, podremos ir al gimnasio si trabajamos a la vez nuestros bloqueos y emociones con la ayuda de un coach o algún otro terapeuta.

¿Cómo voy a conseguir mi objetivo?

Tener un plan es fundamental cuando nos proponemos alcanzar una meta, de hecho, la tarea más complicada del proceso es elaborar un buen plan. Que logremos o no nuestros propósitos se lo debemos en gran parte a la destreza que tengamos en elaborar una estrategia sostenible y adaptada a nosotros y nuestras circunstancias.

¿Me veo capaz de conseguirlo?

Aquí entra en juego nuestra motivación y nuestra autoestima, 2 protagonistas indiscutibles de cualquier proceso de cambio que nos propongamos. Si no nos sentimos capaces de alcanzar lo que queremos, seguramente no lo consigamos y tengamos que volver a la casilla de salida para replantearnos la primera cuestión: «¿qué es lo más importante y urgente que necesito ahora mismo en mi vida?».

¿Quién o qué me va a ayudar a alcanzar mi propósito?

Lograr un cambio importante en nuestra vida es muy difícil, pero lograrlo sin ayuda es casi imposible para la mayoría. Los seres humanos somos fieles a nuestros hábitos y por encima de todo somos seres sociales, lo que quiere decir que por un lado nos cuesta mucho cambiar y por otro lado necesitamos de nuestra «tribu» para sentirnos seguros y afianzados en cada paso importante, así que nos guste o no, contar con una guía que nos apoye, nos refuerce y nos acompañe es fundamental. En este sentido, contar con la ayuda de un profesional es lo ideal, pero a veces también podemos contar con algún buen amigo que sepa mantener cierta distancia objetiva, o apoyarnos en algún hecho relevante, como por ejemplo quedarse embarazada, un problema de salud o un cambio de trabajo o de casa, aunque esto requiere mucha más fortaleza y claridad. En cualquier caso toda ayuda es importante y cualquier persona o circunstancia que nos facilite el mantener el rumbo, nos recuerde nuestra meta y nos sirva de ancla tendrá un papel fundamental en nuestro camino al éxito.

Sin juzgar, sin culpar. No existe el fracaso.

Espero que estas preguntas te hayan ayudado a aclarar tus objetivos, pero también espero que te ayuden a diferenciar lo que es fracaso de lo que no lo es. Cuando no conseguimos lo que nos proponemos enseguida nos sentimos culpables, nos juzgamos con dureza o sentimos un gran fracaso, pero todos estos sentimientos no hacen sino complicar más nuestro camino y son totalmente inútiles. Lo que ocurre realmente cuando no conseguimos algo, es que no era lo que realmente necesitábamos, teníamos otra misión más importante que cumplir, necesitamos más tiempo, una estrategia diferente o no hemos contado con la ayuda necesaria, pero en cualquier caso habremos aprendido algo muy valioso en el proceso. Cualquier paso que damos nos sirve para conocernos un poco mejor, saber lo que necesitamos, aceptar nuestras debilidades y sentir que necesitamos evolucionar, así que nunca puede ser considerado un fracaso, sino todo lo contrario, un paso necesario para llevarnos por el camino acertado.

En cualquier caso, como explicaba en uno de los párrafos anteriores, mantener el rumbo y ser consciente de todo esto es muy difícil sin ayuda, así que si sientes confusión y frustración porque no consigues lo que te propones, ya sea adelgazar, mejorar tu salud o controlar tu estrés, yo puedo ayudarte a conocer bien tu terreno, elaborar un plan y acompañarte en el proceso. Con tu determinación y mi experiencia lograremos tu objetivo, y además en el camino seguramente descubras mucho más de lo que viniste a buscar, es decir, cambiará tu enfoque, cambiará tu vida. Te animo a emprender ese camino que necesitas.

Puedes preguntarme lo que necesites desde mi formulario de contactollámame o reserva una consulta en mi despacho de San Bernardo (Madrid) para comenzar a trabajar en ti cuanto antes.

Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
cita@tunaturopata.es | 697 907 132 (WhatsApp)