Antes de comenzar creo que es necesario sentar las bases de lo que es y lo que no es el estrés porque a menudo me encuentro con que hay mucha confusión al respecto y se tiene el concepto erróneo de que el estrés hace referencia exclusivamente al nerviosismo que produce un exceso de trabajo o un trabajo muy exigente o de mucha responsabilidad. Nada más lejos de la realidad. No solo sufren estrés los grandes ejecutivos, sino que cualquiera en casi cualquier circunstancia puede sufrir estrés. Tanto es así que cada vez más niños en nuestra sociedad muestran síntomas claros de estrés.
El estrés es toda aquella situación que nos empuja y fuerza a adaptarnos. Por ejemplo una mala alimentación nos causa un estrés metabólico ya que forzará a nuestro organismo a adaptarse a unos niveles de nutrientes insuficientes o a unos niveles de tóxicos demasiado elevados. Una relación sentimental tóxica nos producirá estrés emocional ya que nos obligará a adaptarnos al sufrimiento y a lidiar a diario con sentimientos y emociones que entran en conflicto con lo que somos y necesitamos. Igualmente un cambio de casa suele producir estrés, la búsqueda de empleo puede producir estrés, el esfuerzo físico periódico produce estrés, un proceso de separación produce estrés en los hijos, un cambio de rol importante como el ser padre o madre puede producir estrés, etc. El estrés laboral es el estrés más fácilmente reconocible y el que está mejor aceptado socielmente, pero como vemos no es el único y son muchas las circunstancias que alteran nuestro bienestar.
Sin duda el ser humano tiene un gran poder de adaptabilidad y tolerancia, y como aquel que dice, un poco de estrés no hace daño a nadie, pero nos enfrentamos a problemas muy graves cuando vivimos en una continua situación de estrés, un estrés adaptado y unos niveles de ansiedad importantes.

¿Cómo te destruye el estrés?

  • Altera tu sistema metabólico ya que desequilibra la correcta producción hormonal: adrenalina, cortisol, hormonas sexuales, hormonas tiroideas, etc. Cuando el sistema hormonal se ve alterado prácticamente todas las funciones de nuestro organismo se ven alteradas, desde la regularidad intestinal hasta el sueño, la temperatura, la fertilidad, etc.
  • Altera tus sentidos. Te mantiene más sensible al ruido, a la luz y al tacto, es decir, todo te molesta más y te sientes continuamente agredido o en un entorno hostil.
  • Te mantiene en una continua situación de alerta, y esto te predispone a desconfiar, a sentirte víctima, a sentir al resto como depredadores.
  • Aumenta tu sensación de miedo.
  • Hace que te comportes de manera errática, agresiva e irascible, por lo que no solo afecta a tu salud física, sino a tus relaciones ya que suele mostrar tu lado memos agradable, el que menos invita a la empatía y la confianza.
  • Aumenta tu presión sanguínea y tu ritmo cardiaco, hace sufrir tu corazón lo que produce un desgaste excesivo de tu sistema cardiocirculatorio y un aumento de los niveles de colesterol LDL.
  • Acelera tu respiración, lo que produce que tus inhalaciones sean más rápidas y menos profundas. Así obtenemos menos oxígeno y aumenta nuestra sensación de fatiga, angustia y resistencia.
  • Empeora los síntomas de determinadas enfermedades como la psoriasis, el asma, la epilepsia o la infertilidad… no solo empeora los síntomas, sino que muchas veces desencadena las crisis y agrava su repercusión.

¿Por qué te aleja de tus objetivos?

  • Limita tu capacidad para solucionar problemas, no pensamos con claridad, nos cuesta ordenar nuestros pensamientos y hacer buenos análisis de las situaciones.
  • Confunde nuestras metas ya que nos dificulta parar a analizar cual es nuestra verdadera finalidad, aquello que deseamos realmente.
  • Desintoniza tu cerebro, interfiere negativamente en ciertas sinapsis mentales y provoca que pierdas el control de tus reacciones y tus pensamientos.
  • Nos hace perder conciencia, limita nuestro foco y hace que no veamos la magnitud de lo que nos rodea. No somos conscientes de donde estamos, quienes somos o hacia donde nos dirigimos.
  • Aumenta nuestra sensación de soledad y por lo tanto hace que nos comportemos como si nadie nos entendiese, como si realmente estuviésemos solos. Esto limita bastante nuestras posibilidades a la hora de conseguir nuestro objetivos.
  • Produce alteraciones en nuestro sueño y por lo tanto en nuestro rendimiento intelectual.

 

Recuerda, cuando tu cambias todo cambia.

Muchas veces no tenemos el control para modificar aquello que nos daña, pero si que podemos cambiar nuestra actitud ante esa situación, nuestros sentimientos y nuestros actos. Podemos recuperar el control y hacer que aquello que nos agredía desaparezca de forma real. Y no podrá alcanzarnos porque estaremos en “otro nivel”.
Yo puedo ayudarte a identificar, manejar y minimizar los efectos de estrés. No solo vamos a practicar Mindfulness, vamos a recuperar tu atención, tu consciencia y tu paz. En definitiva vamos a recuperar tu bienestar.

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Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
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