Aunque ya hayamos pasado la adolescencia, el aspecto de nuestra piel nos afecta mucho a todos los niveles, tanto físicos como emocionales; mucho más cuando sufrimos acné facial y más aún cuando después de visitar al dermatólogo, a la endocrina y a la ginecóloga te vuelves a casa resignada y convencida de que lo que te pasa no tiene solución puesto que el acné se considera una enfermedad crónica… (en mi opinión a veces llaman crónico a lo que todavía no saben curar, que no es lo mismo). En muchos casos, después de un largo peregrinar entre especialistas la única solución que crees que tienes es tomar anticonceptivos orales de por vida, con todas las consecuencias que esto implica, y probar todo tipo de cremas y lociones que aumentan tu frustración y desgastan tu presupuesto. Pero hay otra forma de afrontarlo. Como en tantos casos de salud, abrir el foco y dejar de mirar sólo el detalle, el síntoma, y tratar de buscar la raíz del problema, nos ayuda a encontrar soluciones más creativas y convincentes.

Ciertamente muchos casos de acné son complicados de tratar y muy persistentes pero conviene relativizar y estudiar cada caso en profundidad antes de etiquetar a una persona como enferma crónica y llegar al punto de resignación. Yo no soy dermatóloga, pero soy naturópata y trato muchos desequilibrios hormonales así que sé que el acné hormonal es tratable, y sobre todo no ha de ser un problema crónico.

Existen muchos tipos de acné: infeccioso, juvenil, inflamatorio, rosácea… y muchos factores que pueden favorecer la aparición de granitos, espinillas o quistes: usar cosméticos de mala calidad, llevar una alimentación inadecuada, malos hábitos de higiene, estrés, alergias, enfermedades autoinmunes, medicamentos, etc., pero el acné más habitual en mujeres adultas es el acné hormonal, es decir, el que deriva de un desequilibrio hormonal o se ve empeorado por él.

Desequilibrio hormonal

Un desequilibrio hormonal surge cuando nuestro organismo no es capaz de mantener la delicada armonía entre estrógenos-progesterona-testosterona, al menos esto es lo que se suele mirar frecuente; pero yendo un paso más allá en búsqueda de la raíz del problema, también deberíamos tener en cuenta otras hormonas como el cortisol, la insulina o la tiroxina. Todas las hormonas de nuestro organismo siguen un ritmo único, como si bailasen una coreografía especialmente diseñada para ti. Conviven en equilibrio para mantener nuestro metabolismo.

Estrés y acné hormonal

Esta buena convivencia entre hormonas es delicada y si hay algo que la disturba es el estrés. Ya he hablado en otros artículos sobre los problemas físicos que acarrea el estrés y la importancia de reducir este estado alterado para nuestro bienestar, pero si tienes acné este punto será vital para ti. La hormona del estrés, es decir el cortisol, aumenta considerablemente cuando nos enfrentamos a una circunstancia que nos asusta (ansiedad, nerviosismo, frustración, ira…) y entre otras consecuencias físicas, el cortisol estimula la secreción de andrógenos, que a su vez aumenta la producción de sebo que favorece la aparición de acné o su empeoramiento. Pero el cortisol también reduce el riego sanguíneo de las zonas periféricas, la debilidad de la piel, el metabolismo de glucosa o la regulación de otras hormonas como la insulina (muy relacionada con el hiperandrogenismo también).
En fin, como ves el estrés mantenido causa estragos en tu cuerpo y será un obstáculo a la hora de tratar tu acné.

Alimentación y acné hormonal

Tu alimentación es otro punto clave para el tratamiento de tu acné. En consulta me he dado cuenta de que se tiene la creencia equivocada de que para tratar el acné hay que evitar alimentos como el chocolate, los frutos secos y sobre todo cualquier tipo de grasa, pero nada más lejos de la realidad. Debemos distinguir entre grasas malas y grasas buenas y necesarias; este punto marca un antes y un después metabólico en muchos casos.
Pero son muchos más los aspectos nutricionales a tener en cuenta, la eliminación de toxinas, el aporte suficiente de nutrientes, la ingesta de antioxidantes, las intolerancias o malabsorción, la ingesta suficiente de probióticos… todo esto determinará la salud de nuestra flora bacteriana y en consecuencia de nuestra piel.

Corazón, autoestima y acné

A todos nos afecta nuestro aspecto físico, pero cuando tenemos un problema de acné facial nuestro aspecto físico asciende a una posición mucho más importante. Nos sentimos juzgados, nos sentimos feas, inseguros o incluso rechazadas, lo que nos causa un problema de autoestima importante que necesita ser tratado a la vez que nuestro cuerpo físico. La relación entre mente, emoción y cuerpo físico es evidente aunque algunos todavía no lo ven, y tratar este tipo de problemas centrándose sólo en 2 hormonas o quedándose en la superficie (la piel) es quedarse muy corto. En mi opinión para tratar con éxito un problema de acné, más aún el acné hormonal, hay que tratar también las emociones que derivan de él. El corazón simboliza energéticamente el amor (autoamor y valoración) pero también es precursor de la buena vitalidad e impulsor de la sangre que riega, nutre y cura cada rincón de nuestro cuerpo; un corazón fuerte y un aporte suficiente de sangre y oxígeno es fundamental para curar y tratar el acné. Hay que cuidar el corazón (la valoración) para sanar nuestra piel.

Entonces, ¿qué puedo hacer?

Seguro que leyendo estos párrafos has llegado a nuevos enfoques sobre tu problema de acné, al menos esa ha sido mi intención : ), y espero que se te hayan ocurrido muchas nuevas maneras de cuidarte con mejor alimentación, menos estrés y más amor. Sé que todo esto es más fácil de decir que de hacer y a veces nos vemos desbordados, dando palos de ciego y demasiado agotados emocionalmente como para iniciar un nuevo intento, pero mi recomendación por encima de todo es que no te resignes. Busca en tu interior y aférrate a las ganas de solucionar tu problema y ten fe. Si no puedes solucionarlo sola, te faltan conocimientos o claridad mental, busca ayuda. Yo te ofrezco esta ayuda para tratar tu acné hormonal; te ofrezco mi experiencia y conocimientos para encontrar las causas de tu problema, estudiando tanto la raíz como los síntomas y elaborando un plan integrativo que te haga sentir cómoda y convencida. Si estás tomando la píldora y te da miedo dejarla porque sientes que tu acné va a volver a brotar, no te preocupes, no te voy a decir que dejes la píldora (entre otras cosas porque sería ilegal), pero vamos a trabajar en cambiar tu terreno y mejorar lo necesario para que estés preparada para dejarla.
Puedes contactar conmigo para quedar en mi consulta de Madrid o en una cita online y empezar a trabajar en tu caso.

Elena Cibrián
Consulta de Naturopatía

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