La alergia se ha convertido en un problema grave que afecta cada día a más personas, tanto, que su aumento en países desarrollados es similar al de la propagación de las epidemias. Más del 25% de la población europea sufre alguna alergia, y se estima que para el 2020 este porcentaje podría duplicarse; el número de afectados por alergias es directamente proporcional a su nivel de desarrollo (mayor desarrollo, mayor número de afectados por alergias).

Las alergias son objeto de multitud de estudios aunque a pesar de ello poco se sabe de por qué se producen y cómo remediarlo, y por ahora la sanidad institucional tan solo nos recomienda intentar huir de ellas o aliviar sus síntomas con antihistamínicos, corticoides o epinefrina. El problema es que estas sustancias tienen efectos secundarios y en muchos casos generan dependencia, efecto rebote y otras debilidades orgánicas (sobre todo los corticoides).

La naturopatía trata de ir más allá y equilibrar nuestra salud para que este tipo de trastornos no tengan lugar, ya que si cambiamos nuestro terreno, cambia la forma en que nuestro organismo se comporta. ¿Por qué resignarnos a la medicación crónica si podemos trabajar directamente desde la raíz del problema? Esta es la clave en los tratamientos de alergias y enfermedades autoinmunes: dar con la raíz del problema y trabajar desde la base.

Alergia, una reacción del sistema inmune

La alergia es un tipo de enfermedad autoinmune. Se produce por una reacción exagerada del sistema inmunológico de nuestro organismo que reconoce como extraña una sustancia que se denomina alérgeno (o antígeno). Las reacciones pueden ser muy variadas, de diferente gravedad y los alérgenos casi de cualquier tipo. Por ejemplo hay organismos que reconocen como una sustancia extraña a alguna proteína de la leche, los cereales, la soja, el huevo o los frutos secos; también el polen o gramíneas, la caspa animal, metales, elementos químicos de insectos o medicamentos… y así una larga lista que también aumenta día a día. Las reacciones también son muy variadas, ya que las alergias pueden producir síntomas muy molestos pero leves, como rinitis o dermatitis, o síntomas muy graves como los que producen insuficiencias respiratorias que llevan al shock anafiláctico (reacción exagerada del organismo ante un alérgeno, produce aumento del ritmo cardíaco e insuficiencia respiratoria).

La alergia se considera un fallo del sistema inmunológico ya que se «equivoca» al reconocer como extraña una sustancia que debería ser inofensiva para nuestra salud. Aunque hay quien opina que no se “equivoca” tanto, ya que la manipulación genética, los pesticidas y otros tóxicos y contaminantes son de dudosa inocuidad. Quizá no es tan raro que nuestro organismo reaccione mal ante una nuez cuando esa nuez tiene una cadena genética manipulada y no natural. El caso es que cuando una alergia viene, casi nunca viene sola… el sistema inmune está hipersensibilizado y cada vez nos dará más problemas si no hacemos caso a su llamada de atención.

Varias enfermedades, un mismo síntoma: la inflamación

Nuestro sistema inmunológico intenta proteger nuestro organismo del invasor (alérgeno, bacteria, virus, hongo, parásito…), y para ello produce unos anticuerpos llamados inmunoglobulina E (IgE). Estos anticuerpos estimulan a los mastocitos para que liberen histamina, heparina y ácido hialurónico entre otros mediadores, para permeabilizar las células y los tejidos, produciendo como efecto secundario una inflamación. La inflamación es en definitiva una respuesta de carácter protector, cuyo objetivo final es librar al organismo de la causa inicial de la lesión o el peligro. El problema es cuando “el peligro” no es real, y la inflamación es continua o exagerada.

Todas las alergias y reacciones autoinmunes se caracterizan por un mismo síntoma: la inflamación.

Por ejemplo, en estas enfermedades autoinmunes tan comunes, vemos fácilmente que todas cursan con inflamación de diferentes tejidos

  •  Psoriasis: inflamación de la piel
  •  Dermatitis: inflamación de la piel
  •  Artritis: inflamación de las articulaciones
  •  Asma alérgica: inflamación de las vías respiratorias
  •  Fiebre de heno: inflamación de vías respiratorias (mucosas, tejido ocular, bronquios)
  •  Alergias alimentarias: inflamaciones gástricas, inflamación dermis, inflamación tejido respiratorio o mucosas
  •  Endometriosis: inflamación y crecimiento excesivo de tejido endometrial
  •  Tiroiditis de Hashimoto: inflamación de la glándula tiroides (y del resto del organismo en consecuencia)
  • Enfermedad de Crohn: inflamación del tejido degestivo
  • Esclerosis múltiple: inflamación del tejido nervioso

 

Tratamiento natural e integral

Un buen tratamiento para cualquier enfermedad autoinmune o alérgica debe tener en cuenta muchas variables a la vez así como considerar a la persona al completo, con sus circunstancias físicas, energéticas, mentales y emocionales. Puesto que la aparición de la alergia nunca tiene una única causa clara, su tratamiento no solo debe centrarse en un solo aspecto de la persona.

Todos los sistemas del organismo trabajan en sinergia y están íntimamente relacionados, y en el caso de los trastornos inmunológicos el sistema nervioso y el hormonal tienen muchísimo que ver. También el equilibrio de nutrientes, sobre todo minerales y oligoelementos en nuestro cuerpo.

Por todo esto yo propongo un tratamiento en varias fases para producir un cambio de terreno:

  • Estudio de cada caso particular en profundidad para encontrar los puntos débiles funcionales que necesiten un mayor apoyo y atención, por ejemplo: hígado, glándulas, sangre, intestinos, sistema nervioso…
  • Cambio nutricional destinado a recuperar nutrientes y provocar un cambio metabólico
  • Dieta “limpia”, que limite el residuo metabólico y facilite la desintoxicación
  • Apoyo con suplementación ortomolecular: detoxificante, antioxidante y antiinflamatorio (orientada a cada caso)
  • Tratamiento sintomático para minimizar las molestias, con fitoterapia, aromaterapia o cualquier otro método natural necesario
  • Apoyo emocional para eliminar el estrés y la ansiedad que influyen mucho en los brotes y las inflamaciones
  • Coaching para mantener el foco y la paciencia, eliminar patrones negativos, bloqueos y facilitar los cambios necesarios con actitud constructiva

Si estás leyendo estas líneas, seguramente estés harta o harto de tu alergia, quizá cada vez te aparezcan más alergias o intolerancias y es posible que los tratamientos que te plantea la sanidad médica no te convenza o símplemente haya dejado de solucionar tu problema. Como asmática desde los 13 años, créeme que te entiendo. No conozco tu caso y por lo tanto no te prometo una recuperación total, lo que si te aseguro es que puedes mejorar, puedes reducir tus brotes, conocer tus debilidades y fortalezas y afrontar tu trastorno desde un punto de vista diferente, siempre positivo y con una tasa de éxito muy buena. Te aconsejo no resignarte y te animo a buscar caminos nuevos, diferentes y constructivos, que te ayuden a restaurar tu equilibrio.

Reserva una cita ahora y estudiaré tu caso en consulta.

Elena Cibrián
Coaching sanitario y naturopatía en Madrid
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