Se estima que el 52% de las mujeres quieren adelgazar pero el 80% abandonan la dieta antes de conseguir su objetivo. Además del 20% que si que consiguen adelgazar, muchas recuperan el sobrepeso antes de un año. Esto ocurre por muchos motivos, falta de motivación, falta de personalización, falta de estudio de la salud, mala orientación y lo más importante: falta de apoyo emocional en el proceso. Y es que comer menos y hacer más ejercicio no resuelve la mayoría de los problemas de sobrepeso o mala alimentación. A corto plazo puede, pero a largo plazo no funciona.

Muchas personas que vienen a mi consulta para que les ayude a adelgazar lo primero que me dicen es “no tengo nada de fuerza de voluntad de hecho ya he hecho muchas dietas y siempre abandono”, y yo suelo responder: “por algo será, no?”. Vienen ya con una gran culpa, se sienten peores que otras personas y tienen la creencia de que no lo pueden conseguir sin una guía estricta.

Comer mal, comer compulsivamente o elegir siempre cierto tipo de alimentos no es un problema de falta de voluntad o de gula como piensan muchos, es un problema muy amplio y complejo que tiene que ver más con las emociones que con los alimentos o el ejercicio, y que requiere de mucho cuidado, cariño y apoyo. Sin duda pueden existir problemas físicos que empeoran el cuadro, como problemas hormonales, digestivos o nerviosos, y por eso lo ideal es contar con ayuda completa y desde un punto de vista integral.

La nula formación nutricional y la contaminación mediática tienen mucha culpa de la proliferación de los trastornos digestivos y alimentarios. Existe un problema nutricional detrás del sobrepeso, pero también existe un problema de aceptación y un castigo al ser diferente. Y es que vivimos con la falsa imagen social de que las mujeres delgadas (me refiero a mujeres porque es más notorio) son más exitosas, tienen más voluntad, son disciplinadas, comen mejor y están más sanas. Si pensamos esto detenidamente llegamos a la conclusión de que es una creencia absurda pero que está muy arraigada en nuestro ser, cuesta mucho librarse de ella. A la vez, esa misma conciencia social nos dice que una mujer con sobrepeso es más descuidada, tiene peor control sobre si misma, menos éxito y come peor. Si pensamos esto también llegaremos a la conclusión de que es una creencia impuesta por la sociedad y que nada tiene que ver con la realidad, pero una vez más cuesta librarse de ella.

Por mi experiencia como terapeuta me he dado cuenta de que muchas mujeres delgadas viven presas de dietas y disciplinas de gimnasio y rigidez porque tienen un miedo terrible a engordar, muchas otras mujeres con peso saludable casi odian su cuerpo y sienten que adelgazar les hará sentir mejor y otras tantas mujeres con sobrepeso sufren terriblemente durante años porque son castigadas, se sienten culpables y no reciben la ayuda y comprensión que necesitan. Como vemos, es un problema que va más allá del peso, de lo que se come o se deja de comer.

– Me refiero especialmente a mujeres porque son las que comúnmente sufren todo esto, aunque muchos hombres se encuentran en situaciones parecidas. –

Hoy por hoy yo tengo claro que las dietas impuestas y los métodos de muchos nutricionistas o endocrinos no sirven para nada. Al contrario, hacen más grande y grave el problema por muy buena voluntad que ponga el profesional.

Por esto yo no doy dietas impresas:

Recibir un papel impreso con una dieta semanal, un listado de alimentos prohibidos y la amenaza de que en una semana volverás para pesarte y si no lo has conseguido recibirás una regañina es contraproducente, horrible y roza el maltrato emocional porque daña profundamente la autoestima de la persona que desea adelgazar. En cambio es algo que sucede continuamente dejando a miles de mujeres la sensación de que están haciendo algo mal, no saben “controlarse”, son culpables y son peores en muchos sentidos por estar gordas. De hecho a mi muchas personas me piden por favor que les de una dieta, unas instrucciones concisas de lo que deben comer, cómo y cuando porque ellas cumplirán obedientes mis indicaciones. Que nooo!! No te quiero dar una dieta impresa, ¿de qué sirve eso? Quiero que hablemos, quiero identificar tus déficit nutricionales, ayudarte a cambiar hábitos, enseñarte a diferenciar el hambre de la ansiedad y darte las pautas necesarias para que compres alimentos diferentes y los cocines de forma saludable.

Entregar una dieta impresa hace ver a la persona que no es capaz de decidir por ella misma, que lo hace tan mal que necesita que otra persona le diga qué comer, cuando y cómo. ¿No nos damos cuenta del terrible mensaje que se lanza con esta conducta?. Ninguna persona adulta debería comer según lo que diga un calendario o una dieta pegada en la nevera porque para eso tenemos un instinto, un sistema hormonal, raciocinio y personalidad propia, lo que pasa es que por algún motivo hemos dejado de escucharnos y darnos lo que necesitamos.

Elegir alimentos sanos no es un acto de control, inteligencia, voluntad o castigo. Es un acto de cariño hacia uno mismo. Sólo cuando lo veas así habrás cambiado tu alimentación. Las dietas son restrictivas, controladoras, van en contra de nuestro instinto y nos hacen sentir como que tenemos que obedecer normas externas, como si no fuésemos capaces de decidir que comer por nosotras mismas, y por eso yo te pido que te lo pienses dos veces antes de lanzarte a una dieta. Existen otras formas mejores y mucho más efectivas de conseguir tu peso ideal. Quizá no tan rápidas, pero si mucho más saludables, inteligentes y sostenibles.

Si aprendes a comer ganarás mucho en tu vida y no me refiero sólo a estar más delgado y sano físicamente. Distinguir entre hambre emocional o hambre físico, entender tu cuerpo y tus circunstancias, cambiar algunos hábitos, mantener la motivación, descubrir las emociones que hay detrás de tu forma de comer y otras tantas claves importantes te ayudarán a conseguir tus objetivos y tu peso saludable sin sufrir efectos rebote o perder la autoestima por el camino.

Si tienes sobrepeso o sientes que tu alimentación no es la adecuada yo puedo ayudarte y acompañarte en tu cambio, siempre teniendo en cuenta tu cuerpo físico, tu cuerpo mental y tu cuerpo emocional, así el camino será agradable, conseguirás adelgazar, mantener tu peso y sentirte mejor en el proceso. Olvídate de sentir remordimientos y culpabilidad, vamos a ir a la raíz ya sea física o emocional y vamos a conseguir un cambio en tu peso y tus hábitos.

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Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
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