Existen muchos tipos de adicción al dulce y muchos motivos, pero la causa principal es la saturación de azúcar a la que nos somete la industria alimentaria. Prácticamente todos los productos que compramos y consumimos tienen algún tipo de azúcar añadido, incluso aquellos que no imaginamos como la mayonesa, el salchichón o los palitos de cangrejo… y es que cualquier cosa nos gusta más con azúcar y los fabricantes lo saben. El problema es que el azúcar es una sustancia adictiva para nosotros, además de acidificante y muy perjudicial en grandes cantidades.
Cuando me refiero en este artículo al azúcar, me refiero al azúcar refinado añadido artificialmente a los alimentos, no a los azúcares naturales del alimento. Es importante tener esto claro porque los azúcares naturales, los carbohidratos, son esenciales para nuestra salud y bienestar, tanto que aproximadamente el 60% de nuestra alimentación debería estar compuesta por carbohidratos y azúcares naturales; sin ellos nos sentiríamos débiles, con aturdimiento mental, sin fuerza física ni emocional y nuestros cuerpo tendría muchos problemas para realizar sus funciones correctamente. Es decir, dejamos claro en este punto que el azúcar malo es el azúcar refinado añadido artificialmente a los alimentos.
¿Por qué es malo?
Porque el azúcar refinado es sacarosa pura, es decir, extracto puro de azúcar sin más. Limpia, 100% disponible y fácil de asimilar por nuestro organismo. Lo que viene siendo “un chute” de azúcar y energía en toda regla que produce un subidón de glucosa terrible que nuestro cuerpo tiene que contrarrestar inmediatamente con insulina porque sino podría llevarnos al coma rápidamente. Es decir, cuando tomamos azúcar refinado estamos exponiendo a nuestro cuerpo a un peligro real, lo que pasa es que sabe cómo lidiar con ello. Lo que pasa es que esta lucha entre azúcar e insulina provoca un desgaste pancreático, hormonal, hepático y metabólico muy grande, que suele derivar en muchos problemas de salud, algunos de ellos muy graves. El azúcar natural, los carbohidratos, contienen además algún aminoácido, algo de grasa, algo de agua, algún mineral, fibra, vitamina… su absorción es más lenta y da lugar a un ciclo energético natural.
¿Por qué es adictivo?
Este chute de energía que nos aporta el azúcar refinado le encanta a nuestro cuerpo porque le ahorra mucho trabajo. Obtiene en una sola cucharada lo que de otra manera obtendría metabolizando y digiriendo un montón de alimentos… para nuestro cuerpo es mínimo esfuerzo y máxima rentabilidad, el cerebro se lo aprende y cada vez por eso te apetece mucho más una galleta que una manzana. El problema es que después del subidón viene el bajón, y para superarlo el cuerpo nos pide azúcar de nuevo, cuanto más pura mejor. Además, el azúcar es una de las sustancias que más activa nuestro sistema de recompensa cerebral que hace sentirnos bien después de comer algo o realizar alguna actividad. Es decir cuando comemos azúcar refinado nuestro cerebro libera neurotransmisores como la dopamina, que nos da una sensación de gustito que necesitamos mucho últimamente. Esto es la base de cualquier adicción, no solo la adicción al azúcar.
Claves para superar la adicción al azúcar
1. Toma conciencia. A veces el primer problema al que nos encontramos es la mala información, la desinformación y la inconsciencia. Si en el fondo piensas que no hay problema con comer un poco de azúcar por aquí o un poco por allá, eres el candidato ideal para sufrir adicción al azúcar y todas las consecuencias que esto trae. Dejar el azúcar refinado no es solo una cuestión de engordar o adelgazar, sino una cuestión de salud que atañe a todos, empezando por los niños.
2 No elimines, sustituye. En la mayoría de los casos resulta mucho más fácil sustituir que eliminar y poco a poco vamos reeducando nuestra conducta, nuestro gusto y nuestro metabolismo. Por ejemplo, en vez de un refresco podemos tomar una limonada, en vez de un bollo podemos comer un plátano o en vez de un colacao podemos tomar leche de almendras con Cacao puro.
3. Huye de los edulcorantes. No te ayudarán a eliminar tu adicción y además la mayoría resultan perjudiciales para la salud. Endulza con un poco de miel, con panela, fruta natural rallada o leche de avena o coco. En cualquier caso, es mejor no tomar una infusión a tomarla con sacarina. Podemos aprender a reeducar nuestros hábitos.
4. Come grasa. Uno de los problemas de las personas adictas al azúcar es que realmente necesitan energía y no la obtienen con la dieta. Paradójicamente suelen ser personas que intentan adelgazar o “cuidarse” de alguna manera y caen en el error de rechazar cualquier producto graso porque supuestamente engorda, sin distinguir ácidos grasos esenciales o grasa saturada. La grasa es muy necesaria y no engorda, solo lo hacen la refinada, la derivada de animales o la hidrogenada. La grasa que aporta los frutos secos, el aguacate, el coco o las semillas es muy necesaria y fundamental para superar la adicción al azúcar porque aporta energía, mantiene el metabolismo activo y sacia.
5. No compres lo que no quieras comer. Parece obvio, pero nos cuesta mucho cumplirlo… siempre pensamos “para alguna ocasión” o “bueno, sólo por si viene alguien a casa”. Pues no, si lo tienes, lo vas a comer cuando menos te lo esperes, así que ya sabes, no lo compres, que las visitas pueden comer manzanas también.
6. Cambia de hábitos. Muchas veces asociamos unos hábitos a otros hábitos. Por ejemplo coger el teléfono y encender un cigarro, o sentarse en el sofá, encender la tele después de cenar y comer un chocolatito… Invierte el proceso, analiza y estudia tus hábitos y después cámbialos. Acuéstate antes, en vez de un chocolatito come un postre casero que hayas preparado con cuidado (por ejemplo manzana asada), haz 10 sentadillas o encuentra tu propia alternativa.
7. Descubre la raíz de tu adicción. Esto es fundamental. Toda adicción tiene una raíz que es lo que tenemos que entender y atender realmente. Si no cambias el terreno será muy complicado que domines la adicción y logres un cambio real. A veces el problema es una mala alimentación, pero otras veces tenemos problemas que requieren mucho más trabajo para solucionarlos, como la tristeza, la frustración, baja autoestima o estrés.
Si ya lo has intentado pero no consigues dejar de lado el sobrecito de azúcar en el café o los atracones nocturnos de Oreo, consúltame. Analizaremos tu caso, corregiremos lo necesario en tu nutrición y tu metabolismo y eliminaremos la adicción manejando el estrés y la ansiedad.
Podemos analizar tu caso tanto en mi consulta de Madrid como en mi consulta online y puedes escribirme si tienes alguna duda sobre mi forma de trabajo.
Elena Cibrián,
Coaching sanitario y naturopatía
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